DISCURSO DE CARLOS GARETTO EN RIVERA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Abr 11, 2018

En primer lugar, decirles que venimos en representación de toda la Mesa de Enlace de Entidades Agropecuarias, porque hoy no nos ha podido acompañar Hugo Luis Biolcatti y Mario Llambías, por estar participando en otros eventos; pero sí no podríamos dejar de estar aquí con el amigo Eduardo Buzzi porque sabemos la situación por la que están pasando todos ustedes.
      
      En segundo lugar, quiero dejarles un mensaje de agradecimiento a cada uno de ustedes por la participación que han tenido en toda esta etapa conflictiva durante más de un año y medio. Por el apoyo que han brindado en cada uno de sus ámbitos, en cada una de sus estructuras, para sostener esta unidad y la fortaleza que hoy hemos logrado y que consiguió no sólo la unidad de los productores sino de las entidades y de sus propios dirigentes, y que ha venido para quedarse, mal que no les guste a algunos funcionarios del gobierno.
      
      Esa fortaleza ha sido la lucha permanente que han tenido desde las rutas a las asambleas y las concentraciones; pero hoy también veo acá a muchas mujeres… A muchas mujeres que han venido a ponerle el hombro al campo argentino, a apoyar a su familia, a apoyar a su marido en una de las etapas más difíciles que le ha tocado convivir en la producción agropecuaria. Quiere decir que tenemos nuestra propia estructura familiar y que hoy está en juego, está en peligro… Porque he visto a muchos jóvenes que se han sumado a esta etapa de lucha y esto significa que han percibido el deterioro que nos está generando la política que encarna este gobierno. Y ese deterioro va mucho más allá del deterioro productivo de nuestro propio aparato productivo: está destruyendo nuestra estructura social, nuestra estructura agraria familiar que ha sido el sustento del desarrollo económico del país; porque también ha articulado el desarrollo social de las poblaciones del interior como ésta donde estamos compartiendo esta asamblea.
      
      Y esta cultura no es otra cosa que la cultura del trabajo que nos legaron muchos de nuestros antepasados, de los cuales hoy ví al subir el escenario a un viejo amigo y luchador. Muchos ustedes son hijos de inmigrantes, nietos de aquellos hombres que vinieron de tierras lejanas a construir un porvenir para sus hijos. Vinieron con la cultura de trabajar, de producir en un ambiente de concordia, de paz, de armonía; pero apareció este gobierno que solo sabe construir poder en lo político en base a consolidar el poder económico de algunos amigos y para ello necesita, sin duda y en primer lugar, sembrar pobreza para cosechar votos… Y esto es lo que nos está pasando.
      
      En esta pobreza nos ha metido a todos los argentinos. Nos quiere dominar, nos quiere someter, para beneficio de unos pocos, como sabe decir mi amigo Eduardo Buzzi: quieren el poder para el negocio de algunos amigos y los demás tendrán que vivir de la dádiva, de la prebenda, y esto es lo que no queremos. No queremos un país como Venezuela, no queremos un país como Cuba, No lo vamos a permitir.
      
      Pero resulta que un buen día el campo se puso de pie y le puso una barrera al gobierno porque nadie se animaba, todos tenían miedo; todavía hay miedos ahora, y la sociedad argentina nos acompañó en el reclamo porque era justo, porque era auténtico, porque estábamos reclamando por la dignidad del trabajo, la dignidad de la vida, la posibilidad de vivir en un país den paz, donde se pueda trabajar y mandar los hijos a la escuela. Y así vinieron las elecciones y el gobierno parece que no se dio cuenta de que perdió las elecciones; pero tampoco la oposición se percató del mensaje que le dio la sociedad argentina. Por favor, este espacio del escenario público, del cual supimos ocupar desde el campo, lo tienen que ocupar ellos; a pesar de que hoy también estamos en la decisión política y eso también es importante, porque por primera vez, vamos a tener una voz en el Congreso que nos permita llevarles el conocimiento, la experiencia, la capacidad de gente que sabe como se produce y como se trabaja; cómo se genera la riqueza, cómo se genera la producción.
      
      Una producción que nos está dejando en los niveles más bajos de la historia. En un país que produce leche, que produce carne, que produce pan, no puede haber hambre, Entonces quiere decir que hay algo que está equivocado en las políticas y que hay que corregirlo desde ahí.
      
      En esa corrección también nosotros tenemos la responsabilidad más allá de la que le cabe al gobierno desde lo institucional y desde lo político. Nos cabe a nosotros como productores y como dirigentes, para que nunca más abandonemos esos espacios donde se toman las decisiones para unos pocos. Este es el compromiso que tenemos que asumir mis queridos amigos.
      
      Yo sé que estamos muy mal. Hemos recorrido el país y hemos visto, realmente, cómo aumenta la pobreza, cómo desaparecen nuestros productores, cómo cae la productividad, cómo se pierde el empleo, cómo el propio Estado pierde también recursos porque no puede atender la salud ni la educación, ni la seguridad. Ni que hablar de las obras de infraestructura para el desarrollo económico.
      
      ¿Qué nos queda por hacer? Esto hay que revertirlo, pero hay que revertirlo desde el ámbito donde se toman las decisiones políticas, para corregir estos errores, para corregir esta política que nos ha dejado marginados a casi 60 mil productores. No estamos dispuestos a perder un solo productor más y por eso vamos a seguir luchando hasta las últimas consecuencias. Y lo vamos a hacer en cada uno de los ámbitos donde nos toque actuar: con el Ejecutivo de turno, en lo nacional, en lo provincial y en los gobiernos locales. Lo vamos a hacer en la Legislatura; lo vamos a hacer en el Poder Judicial, que esperemos pueda actuar con libertad y haya independencia en los poderes de este país, y que podamos poner justicia a tantas incongruencias que hoy vivimos. Esto es lo que pretendemos, por eso estamos convocando el 10 de diciembre a toda la sociedad argentina porque viene una etapa donde tenemos que consolidar la calidad institucional que nos permita instalar el debate de las políticas públicas, de las políticas de Estado, donde también tenemos que hablar de la política agropecuaria, de las necesidades de financiamiento, de la reforma tributaria, de la política comercial que nos permita, otra vez, poner el aparato productivo en marcha y recuperar a nuestros productores. Y tenemos que hacerlo desde ese ámbito con la firmeza, con la convicción, pero también con nuestra capacidad, Y si no nos alcanza con ello, tenemos que hacerlo con nuestra imaginación. Los argentinos no podemos perder otra oportunidad histórica. El campo es parte de la producción de los problemas de los argentinos, así lo entendemos y se lo queremos hacer entender.
      
      La pobreza se combate con producción y con trabajo. El hambre se combate con producción y con trabajo. Entonces, yo sé que es difícil llegar al 10 de diciembre, es difícil llegar a la próxima campaña… pero nosotros respetamos a las instituciones, no somos golpistas, pero vamos a defender nuestros derechos hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga (aplausos). Y lo vamos a hacer en el marco de la Constitución y las leyes; respetando la voluntad popular que ellos no respetan, porque el 28 de junio la sociedad argentina fue muy clara cuando les dijo que quiere un país donde se pueda producir y trabajar, vivir en paz, donde haya armonía, donde haya consensos, donde haya acuerdos, donde haya coincidencias, donde haya diálogo. Pero el diálogo, por favor, tiene que ser con sensatez, tiene que ser con responsabilidad y no tiene que ser un ninguneo o una dilatación de todas las medidas que nosotros pretendemos.
      
      Esta es la realidad. Por eso, saquemos fuerzas de donde hay. Ustedes lo saben hacer. Hemos pasado muchas sequías, y si no pregúntenles a los abuelos de ustedes. Hemos podido subsistir, vamos a subsistir esta sequía; pero no vamos a subsistir a este modelo económico que es perverso, que nos quiere dejar en las rutas a las cuales no queremos ir.
      
      Finalmente, levantemos la bandera de la unidad, levantemos la bandera de la paz, pero especialmente no claudiquemos. No claudiquemos en esta lucha que no es otra cosa que la lucha por la dignidad y la lucha por la libertad.